La última semana de enero, el protagonista será Urano. Al volver a su fase directa el domingo 22, los contactos que haga esta semana se potencializan. Nos trae: cambios, nuevos contactos, imprevistos, ideas y conversaciones que nos cambian nuestra manera de pensar y ver la vida. Movimientos que modifican la agenda del día, imprevistos que atender…
Será importante manejar el estrés y tratar de estar lo más relajado posibles, ya que nuestro sistema nervioso puede alterarse. El planeta del amor, Venus entra al signo de Piscis. Será otro aspecto importante esta semana. Estaremos más románticos, soñadores, más conectados con nuestro espíritu, más compasivos y con deseos de ayudar y servir a otros. Esto durará hasta el 20 de febrero, cuando Venus ingrese a Aries. Este aspecto favorece a los del signo Piscis, de Sol Luna y Ascendente, brindándoles belleza, abundancia, armonía, placer y bendiciones. Esto también beneficiará la casa donde esté Piscis en tu carta natal. Como podrás ver, la astrología así es. Por un lado nos mueve el piso y por el otro lo estabiliza. Como dice el refrán :
“unas son de cal y otras son de arena“.
Hablemos un poco de mitología griega
Más poderoso de un tránsito planetario, es el mito al cual se vincula esa influencia; y si identificamos el mito nos liberamos de él sin necesariamente vivir el evento trágico. Ocurrirá de forma simbólica pero no vivencial.
URANO y EL NACIMIENTO DE VENUS
Urano, el firmamento estrellado, se casó con Gaia (o Gea), la Tierra. Y la fecundó, haciéndola madre de dioses, Titanes, Cíclopes y Gigantes.
Sin embargo, Urano odiaba a tal punto a sus propias criaturas, que las condenó a vivir encerradas bajo la Tierra, sin poder ver nunca la luz. Pero Gaia amaba a sus hijos y deseaba liberarlos de las profundas tinieblas. Además estaba cansada de someterse a los transportes de Urano.
Un día, con su hijo Cronos, llamado en latín Saturno –el más joven de los Titanes- trazó un plan para liberarse de su pareja. Eligió a ese cómplice porque conocía la medida de su odio hacia el padre. El hijo, en efecto, aceptó la tarea y el arma –una hoz- ofrecidas por la madre.
Durante la noche, cuando Urano descendió para cubrir la Tierra, Saturno se aproximó y, de un solo golpe, le cortó las partes pudendas al padre y las arrojó al mar.
La sangre de Urano chorreo sobre la Tierra, y nuevamente la fecundó. Así nacieron las Erinias (las Furias), terribles diosas de la venganza divina, que a partir de ese momento no dejaron pasar impune crimen alguno.
Lejos, en el mar, poco a poco va surgiendo una espuma, que nace de los órganos arrancados a Urano. Y de esa espuma brota Afrodita, la más bella entre las diosas, que emerge suavemente de las aguas, cobijada en una gran concha de madreperla.
Los céfiros, soplando levemente, la impelen sobre las ondas hasta las playas de la isla de Chipre, donde la esperan las Horas (las Estaciones), coronadas de oro y exultantes de alegría. Son ellas quienes la visten con un traje perenne, y le adornan los rubios cabellos con sencillas violetas. Luego la conducen al Olimpo y la presentan a la asamblea de los dioses. Se produce un clamor general de admiración. Ni aun el mundo divino había visto jamás tan seductora y graciosa hermosura.
¡Hasta la próxima querid@ lector/a!
Yli ♠